En esencia, el sonido y la Música es pura vibración de energía, así como el Universo y la materia. La materia compuesta por los átomos vibran continuamente, toda la vida es parte de esta danza alrededor y dentro de nuestro cuerpo. Cada vez más, este conocimiento sirve en numerosas disciplinas y teorías.
Pero ¿Cómo aplicar este aspecto vibratorio de la Música a las terapias energéticas? Una forma es a través del agua. Somos un 70% de agua, y las moléculas de agua son muy sensibles al sonido.
El científico japonés Masaru Emoto hizo experimentos con partículas de agua, a las que puso distintos tipos de sonidos y palabras. Observó que, cuando las moléculas recibían sonidos disonantes o palabras de odio y rechazo, se deformaban hasta verse irreconocibles. Pero, cuando emitían sonidos armónicos y palabras con significados amorosos, las moléculas recuperaban su clásica forma hexagonal. (Masaru Emoto: “Los Mensajes Ocultos del Agua”; “El Poder Curativo del Agua”).
En realidad, la capacidad sanadora de la Música ya la usaban los chamanes y curanderos de los pueblos europeos, africanos y de toda América, donde muchos aún ocupan la danza, la música y el canto ritual para curar las enfermedades.
Recientes investigaciones hechas en Alemania muestran que las células emiten su propio sonido vibratorio y que reaccionan al sonido exterior. Por ejemplo, células humanas enfermas de cáncer fueron capaces de reaccionar y mejorar su estado mediante frecuencias específicas de sonidos. Estos son tratamientos potenciales, hechos con tecnología de punta en laboratorios. Aún está por verse los reales alcances de una nueva medicina basada en los sonidos y frecuencias sanadoras.
Pero no es necesario un experimento científico avanzado para saber el cuerpo humano (y el cerebro) reacciona con el sonido igual que las moléculas de agua, y por este motivo, las terapias energéticas que incorporan la Música y sonidos sanadores logran efectos sanadores y reguladores.
En mi caso, volví a encontrarme con el misterioso poder de la terapia con Música y frecuencias sanadoras, y desde entonces las integro en mis sesiones de acupuntura y clases de Chi Kung, porque ambas trabajan con la vibración de Qi o energía del Universo.
Como seres vivos somos antenas que damos y recibimos vibración. Continuamente entregamos nuestro ser al mundo y, de regreso, recibimos a otros en nuestra esfera personal. Sin embargo, por muchos motivos, a veces nuestra “música interna” se descompensa, disminuye o se estanca, generando enfermedades contemporáneas como el estrés. Con las terapias energéticas y sonoras en frecuencias específicas, podemos regresar al centro y comenzar a recuperar nuestra salud.
Rocío Munizaga.
Terapeuta en acupuntura y música con frecuencias sanadoras. Instructora de Chi Kung, cantante coralista con estudios universitarios de canto y pedagogía en Música.
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